ABSCESO PERIANAL
Los abscesos perianales son una enfermedad muy común y potencialmente debilitante, que representa una de las patologías más frecuentes que afectan al espacio anorrectal en la práctica clínica. Se producen por la acumulación de pus a partir de una comunicación anormal que existe entre el canal anal y la piel alrededor del ano.
Se clasifican según su localización anatómica, de manera que se dividen en perianales, interesfinterianos, isquiorrectales, supraelevadores y en herradura. Los más frecuentes son los perianales e isquiorrectales, responsables de más del 80% de los casos.
Las glándulas anales se presentan como canales glandulares de los que no se conoce ninguna función ni su origen. Están presentes en todos los individuos en un número de seis a diez. Según la teoría criptoglandular de Parks, el 80-90% de los abscesos perianales se producen por infección de estas glándulas.
Los síntomas que manifiestan los pacientes dependen de su localización, pero frecuentemente van a presentar dolor anal, inflamación local y fiebre. En los abscesos perianales los enfermos presentan una tumoración dolorosa visible a la exploración perianal. Los interesfinterianos y submucosos cursan con dolor y signos de sepsis. Los abscesos isquiorrectales suelen presentar la sintomatología de un proceso infeccioso, y en función de la profundidad, pueden ser visibles a la exploración.
Cuando el absceso se sitúa en el plano supraelevador, el paciente puede referir dolor glúteo o síntomas urinarios como disuria y tenesmo vesical.
A la inspección anal se observará eritema, inflamación y posible fluctuación. Cuando se trata de abscesos endoanales (interesfinterianos y submucosos), la exploración básica puede ser normal a pesar del intenso dolor que presenta el paciente. En estos casos es fundamental realizar un tacto rectal, aunque en algunas ocasiones será imposible debido al intenso dolor que produce. En él apreciaremos una tumoración dolorosa cuya relación con la línea pectínea debe ser conocida para decidir el tipo de tratamiento.
En cuanto al tratamiento, aunque no exista fluctuación, los abscesos perianales han de desbridarse. El tratamiento fundamental consiste en la incisión y drenaje en quirófano.
La conducta expectante bajo cobertura antibiótica no es eficaz y solamente consigue retrasar el momento de la intervención quirúrgica, además de provocar progresión de la infección con la consecuente creación de un absceso más complicado y por lo tanto una posible lesión del aparato esfinteriano. El tratamiento con antibióticos resulta innecesario, salvo en pacientes diabéticos, inmunodeprimidos o portadores de válvulas cardíacas o prótesis. También pueden ser necesarios en casos de desbridamientos amplios del periné.